Pandemia del Coronavirus y el futuro Soberano del Perú

Manuel Dammert Ego Aguirre

La actual Pandemia del Co­ronavirus es lección de la histo­ria, la que descubre la manera colonial cómo se ha construido el Perú, y formula los desafíos de Soberanía para lograr re­afirmar la patria con trabajo, igualdad, democracia, justicia y solidaridad. En el actual proce­so histórico general, elementos patógenos como el Coronavirus, que a nivel del planeta ocasio­nan la muerte en los humanos, hacen estallar en el Perú los con­flictos que atenazan y agrietan la Sociedad, el Estado y la Madre Tierra.

Estalló la actual crisis de la Nación y el Régimen, tras los años en que se impuso la co­rrupción gubernamental en el poder, excluyéndose a las ma­yorías ciudadanas, saqueando con la corrupción a la Repúbli­ca, imponiendo la sistemática afectación de nuestro medio ambiente natural. Como señala Lumbreras, nuestras historias se han escrito en función de los que llegaron de fuera. Aho­ra tendrá que escribirse con fundamento local, con nuestra diversidad de poblaciones étni­camente y socialmente podero­sas, que siguen constituyendo el fundamento sustantivo de la patria.

Esta brecha en el país se agi­gantó ante el confinamiento de la población en sus domicilios, para hacer frente a la amenaza mortal del Covid19. Los grupos económicos dominantes, por su parte, se aprestaron para asaltar y controlar el poder y los recursos del Estado, que son de todos los peruanos y no de ellos. Actualmen­te estamos funcionando con un modelo de Estado, del cual somos ajenos, pues, tiene muy poco que ver con nosotros como sociedad y patria. Las Regiones, sistemas de vida, diversidad social y el medio ambiente, se gobiernan actual­mente desde un Estado concentra­do y subordinado, omnipresente para el dominio del poder lobista, alejado de los diversos grupos de habitantes, del trabajo, de la vida y de la salud de la población.

La actual forma de Estado, está marcada por la corrupción lobista de las últimas décadas, la que si­gue presionando por sus fechorías. Se gobierna ante el poder de una Cumbre Financiera Autocrática, la que impone planes de interés par­ticular de los grupos económicos dominantes, dedicados a someter y empobrecer la patria, afectar la relación de vida entre la Sociedad y la Naturaleza, nuestra Madre tie­rra. Buscan saquear la Patria para elevar sus ganancias y sus especu­laciones financieras subordinadas al sistema dominante de USA.

Al estallar la actual crisis global del Coronavirus, buscan nueva­mente imponer medidas basadas en mantener y acrecentar en el Perú las diferencias y afectaciones de vida, trabajo, culturas, salud, incrementando las desigualdades ante el poder y sus leyes. Y le lla­man a eso igualdad, cuando es una forma de colonialidad.

RESPUESTA A PANDEMIA REQUIERE LA PATRIA ORGANIZADA

En estos días de confinamien­to mundial con el Virus Covid19, en el Perú se agigantó esta brecha sociopolítica en la Patria. Estamos funcionando con un Estado que tiene muy poco que ver con noso­tros como sociedad y ámbito de vida asociada con la naturaleza, en mar, costa, sierra y Amazonía.

Muchos no asumen la Soberanía Nacional como eje de nuestro desa­fío histórico. Quieren entregar la soberanía y afectar y destruir más a la madre tierra en el Perú. Se saquea por migajas o negociazos, y se afec­tan regiones, vidas, trabajos, educa­ción, medioambiente, salud, energía eléctrica, actividades comerciales y sociales en costa, sierra y amazonía.

El poder se reconcentra, al darle a la Plutocracia Financiera lobbys­ta los recursos de la patria y los in­gresos y facultades del Estado. La vigencia e impulso del extractivis­mo desenfrenado, empobrecen a la nación, en costa, sierra y amazonía, empobreciendo sus recursos y a sus habitantes, mientras enriquecen a capitales extranjeros y sus lobbystas asociados con las rentas estratégicas de la Patria.

Saqueo de los Hidrocarburos, renta estratégica nacional. Se pre­tende entregar esta renta estratégica al lobbysmo petrolero de empresas extranjeras, en torno a “Frontera” y “British Petroleum”. Se busca priva­tizar Petroperú y su nueva Refinería de Talara, la que entra en funciona­miento para abastecer de combusti­bles limpios y baratos necesarios en el desarrollo integral del Perú.

También quieren regalar los ya­cimientos petroleros de Petroperú (en Costa y Amazonía) con recursos probados valorizados en más de 28 mil millones de dólares. Y con British Petroleum (que contaminó el mar de México, uno de las más grandes de­rrames en mar abierto), se activa para para saquear nuestro petróleo en el mar del norte del país, destruyendo al mismo tiempo nuestra importan­tísima fuente de pesca nacional, que es recurso estratégico de la patria y fuente alimentaria histórica.

En la Amazonía, se combinan los intereses de petroleras con el Grupo Romero, dueño del Banco de Crédi­to, que está dedicado a deforestar la Amazonía, al estilo destructivo de Bolsonaro en Brasil. Incursionan en desboscarla, talando los árboles regionales por otros de exportación de madera y destrucción del bosque amazónico. Sacan petróleo para sus negocios, y dejar sitio a la coca, mien­tras destruyen la biodiversidad ama­zónica, eje de sabidurías ancestrales en medicinas, clave para el resguar­do ambiental del planeta. Buscan anular la amazonia como hábitat de los originarios pueblos indígenas amazónicos, y a los pueblos mismos, que luchan por la patria soberana.

En plena pandemia, la selva luchó sola más de 80 días contra el coronavirus, pese al alto riesgo de contagio, fueron abandonados por el Estado, y por las empresas interesadas en desplazarlos. Por ello, fallecieron varios de sus más importantes líderes, reconocidos Guardianes de sus culturas y de esta reserva peruana y mundial. Se elevan dolosamente las tarifas na­cionales y regionales de servicios, incluyendo la electricidad, las que afectan a usuarios domiciliarios y miles de actividades que dependen de ella, limitando aún más su desa­rrollo ya resquebrajado.

El Agro nacional está en acre­centada crisis productiva, la que con la pandemia se hace más grave, e inminente una crisis destructiva del agro alimentario, base sustanti­va de la diversificación productiva histórica del Perú, como señalan los especialistas y productores en el artículo “Agroalarma” (Hilde­brandt 19 Junio 2020). Las empre­sas mineras aplauden la coloniali­dad antiagraria y buscan acelerar la extracción minera, en especial en los ejes norte, centro y el sur an­dino amazónico.

El Gobierno no mira con serie­dad esta crisis gravísima, que afec­ta hasta su destrucción, a 2.244,679 pequeños y medianos agricultores, que representan al 64 % de la agri­cultura nacional. La pandemia ha dejado sin recursos de inversión a los agricultores nacionales para la próxima campaña, que desde agos­to se despliega en todas las regiones del Perú. Ha bajado ya el volumen de ventas de arroz y papa, y otros productos, en los mercados mayo­ristas de Lima. Los que festejan son las grandes empresas plutocráticas importadoras de alimentos, apo­yadas por el Gobierno, y están en sus listas de apoyo crediticio para importar alimentos de otras partes del mundo. ¡De locos tramposos, esta colonialidad contra el agro nacional y sus poblaciones sustan­tivas!

El Estado, ahora, anuncia darle al gran capital lobbysta, como rega­lo, un crédito multimillonario que usen a su antojo, y además varias ventajas de procedimientos legales recortando derechos a las Mypes y laborales, para reactivar con dine­ro público sus propias empresas, incrementar sus utilidades e inclu­so hacerse dueños de las áreas que ocupan para destruir la diversifica­ción productiva como riqueza na­cional estratégica.

El dinero otorgado por el MEF tiene este destino de subordina­ción colonial principal, reactivan a sus propias empresas, y al mismo tiempo se quiebra o se deja en los límites de la precaria subsistencia al resto de la producción nacio­nal, mediana, pequeña, comunal, cooperativa. Pretenden apropiarse de nuestros recursos estratégicos (como el agro, los bosques, la pes­ca, el petróleo, el litio, el oro, etc.).

Precarizan las modalidades de empleo, especialmente la micro y pequeña empresa urbana y rural. De esta forma se condena al des­empleo a la mayoría, se quiebran y limitan los créditos estatales a la pequeña y mediana empresa na­cional.

Con esta política, en la pobla­ción mayoritaria de la nación se agiganta la pobreza, la miseria y se precariza la vida en general. Y se afecta la salud y la vida misma de las mayorías populares, subordina­das y saqueadas, en el agro comu­nero y de agricultores, en la micro y pequeña empresa urbanas , en los estudiantes, en las poblacio­nes urbanas empobrecidas, sin empleo, sin alimentos, sin o con muy escasa atención de salud. La Pandemia se ve fortalecida si se impone una política de saqueo nacional, que afectará dramáticamente al Perú como Nación.

El diseño actual del Estado peruano mantiene fallos que no corresponden a las condiciones del territorio diverso ni a las históricas luchas Incas y Repu­blicanas, contra las cuales se ha implantado. Monteagudo y San Martín deseaban el poder como el de una “monarquía constitu­cional”, que es lo que en la prác­tica se ha formulado y ejercido a lo largo de la República, y practi­cado bajo diversas modalidades por la Oligarquía Nacional. En la Independencia Bolívar y Sán­chez Carrión avanzaron más ha­cia la República de ciudadanos y el modelo parlamentario y descentralizado, con una conso­lidada vida social articulada con la madre tierra con la fuerza de la naturaleza. Si bien todavía no se logró afirmar esta diversifica­ción productiva, ya forma parte de las luchas sociales y naciona­les contra la Pandemia y la colo­nialidad en el Perú.

Se ha reproducido en la práctica el esquema de Estado y Gobierno como el de una “mo­narquía constitucional”, lejana y ajena al pueblo al que some­te, bajo el ejercicio práctico de Gobierno del Estado que actúa como dictadura concentrada de una clase dominante. Es ajena a las condiciones de vida que la naturaleza constituye para los habitantes de una nación plu­ricultural diversificada como el Perú.

La respuesta a la Pandemia debe tener como eje estraté­gico y vital, afirmar la Patria organizada como sujeto histó­rico democrático, afirmando su condición de tal, construyendo la república de ciudadanos, in­tegrada y proyectada desde su territorialidad y su historia de pueblo que lucha por la eman­cipación, la afirmación con la madre tierra y el bien común de todos los integrantes del Perú Nuevo en un Mundo Nuevo.

www.diariouno.pe/columna/pandemia-del-coronavirus-y-el-futuro-soberano-del-peru/

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

*