Perú: La extorsionadora

Rodrigo Núñez Carvallo

Ha secuestrado el país desde que se presentó como candidata a la presidencia en el 2011 y comenzó a perder elecciones. Exige cupos desde entonces: parte del pastel de Odebrecht, una alita del Banco de Crédito, otra de la CONFIEP (so pretexto de velar por los intereses de estas corporaciones en un hipotético gobierno suyo). Organizó además un saqueo a los más ricos mediante falaces cocteles. A los poderosos sabe pedirles su botín asegurando que ella puede militarizar el país, anular derechos ciudadanos y convertir a cualquier oponente en terrorista para así poderlos gasear y apalear sin freno. Al narcotráfico también le ha pedido su blanca colaboración a través de Eteco y Joaquín Ramírez, vía Alas Peruanas. Y los poderosos caen en el juego y le llenan los bolsillos. Soy de mano dura, clama la extorsionadora, quizás para referir su amor por el dinero sucio.

Yo o el diluvio, gritó cuando cayó derrotada ante PPK pisando las plantitas de un macetero. No tardó en vengarse con una anunciada vacancia y comenzó a cobrarle cupos al país entero desde entonces. No me importan que sean diez, mil, un millón o toda la población del país a la que tenga que enfrentarme, con tal de salirme con la mía, lo verbalizó alguna vez en un audio. Luego impuso a Vizcarra como presidente y como este hizo caso omiso de la extorsión se encargó de apretarlo.

Quedó humillada con la crisis que terminó con la denegación fáctica de la cuestión de confianza que planteó Salvador del Solar, lo cual supuso la disolución del Congreso. Desde entonces juró destruir el país. La presidencia o la muerte. ¿La razón de la vindicta? Tres derrotas consecutivas han dejado “un cuchillo ensangrentado flotando en su corazón”.

Fuente: Hildebrandt en sus trece, Ed 705 año 14, del 18/10/2024

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